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Tipos de Innovación – ¿Qué clase de innovación hace una organización?

En la iniciativa para la #gestiondisruptiva que he emprendido, la INNOVACIÓN es una de las 7 capacidades clave que la mayoría de las organizaciones necesita desarrollar y que el gerente disruptivo debe estar preparado para hacerla realidad. 

¿Cómo es que ocurre la innovación en una organización? Desde la perspectiva human, la innovación ocurre coordinando acciones con otros a través de conversaciones.  Para que estas conversaciones sean coherentes y converjan en algo concreto, hace falta que, entre otras cosas, los involucrados tengan una visión compartida de lo que se va a hacer, dentro de un contexto determinado.  Algo fundamental en todo esto es poder diferenciar entre una innovación y otra, bajo algún criterio.  El poder distinguir nos facilita cosas tales como la asignación de prioridades, la aprobación de innovaciones y la comunicación efectiva entre los involucrados.

Innovación organizacional
Es una capacidad que surge de la creatividad de personas quienes, trabajando en actividades de cocreación, hacen viable una visión compartida que genera algo nuevo que transforma disruptivamente el hacer humano de al menos una de las dinámicas clave de la organización.

Estos pensamientos, me llevaron a investigar al respecto y, con la información encontrada, pude articular este modelo taxonómico que a continuación les comparto.  Esta herramienta resultó ser muy valiosa para mí al tener que interactuar con equipos ejecutivo-gerenciales para tratar el tema de innovación.  Usarla me permitió generar con ellos una visión compartida y coherente a partir de la cual pudimos, por ejemplo, fundamentar juicios de posibilidades acerca del potencial de cualquier inversión en innovación que hubieran hecho o planearan hacer.  También he podido comprobar que es algo aplicable tanto en startups como en empresas en marcha de cualquier tamaño.

Como se puede apreciar… el modelo indica que NO todas las innovaciones son iguales.  Desde el punto de vista de contribución al hacer humano, por lo menos, es posible distinguir seis tipos de ellas.

La gran mayoría de las organizaciones en el aparato productivo de un país están, la mayor parte del tiempo, haciendo lo que podemos llamar innovación evolutiva, que incluye los 2 primeros niveles del modelo.  El propósito del nivel 1 es mejorar la productividad y eficiencia, como, por ejemplo, con la implementación del check-in en línea introducido por las líneas áreas.  El propósito del nivel 2 es mejorar las ofertas existentes, como, por ejemplo, en el caso de la contratación y manejo de reclamos de pólizas de seguro en línea, desde cualquier dispositivo. 

Sólo algunas organizaciones alcanzan al nivel 3, donde aparecen productos verdaderamente nuevos que provocan una innovación disruptiva como, por ejemplo, en el caso de las billeteras electrónicas para realizar pagos instantáneos a través del celular.

Las innovaciones de nivel 6 son extraordinarias y esporádicas, generalmente muy ligadas a una persona o equipo en particular, y cuando ocurren, producen un fulgor que brilla lo suficiente para que todo el mundo la note.  Sin embargo, estos aportes por sí solos carecen de una aplicación práctica inmediata en la sociedad, como ocurrió, por ejemplo, con la teoría de la relatividad de Einstein.

Durante mucho tiempo, ha existido un sector dedicado a la Investigación y Desarrollo (I+D) en el nivel 5.  Por lo general, representado por entidades académicas o empresas cuyo negocio depende de esta labor, tal es el caso de universidades y empresas como Goodyear, Laboratorios de medicinas, 3M.  Gran parte del resultado obtenido a este nivel todavía continúa sin tener una aplicación práctica en la sociedad, como fue con el caso del politetrafluoroetileno o PTFE que un químico de Kinetic Chemicals descubrió accidentalmente en 1938.

En el nivel 4, es donde la Investigación y Desarrollo se encuentran con la Innovación (I+D+i).  Se espera que cada vez más organizaciones se sumen a este nivel para convertir los avances del conocimiento humano generados en los niveles 5 y 6, en productos y servicios útiles en el hacer cotidiano de la sociedad.  Un ejemplo notable de este nivel fue el desarrollo del teflón utilizando el PTFE, hecho por DuPont y patentado en 1945.  A partir de ese momento, varias organizaciones de este nivel difundieron el desarrollo de productos de uso práctico en la industria aeroespacial y en la vida doméstica. 

Como se puede apreciar, este modelo es de simple aplicación y su gran utilidad consiste en que, al categorizar, impulsa una reflexión privada y colectiva muy rica, cuyos resultados pueden ser utilizados, por ejemplo, para fundamentar la toma de decisiones bien informada acerca de determinada innovación.  Por otro lado, también resulta útil para que una organización pueda determinar el impacto que sus innovaciones están causando en el mercado o la sociedad y evaluar su alineación con sus objetivos estratégicos.  Estoy seguro de que quienes utilicen esta taxonomía le encontrarán otros usos, en muchas otras situaciones

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